El Áloe Vera en las Islas Canarias – una entrevista con Javier Caballero (cultivador del Áloe Vera)
¿Cuál es la historia del Áloe Vera en Canarias? ¿Desde cuándo se cultiva?
Definitivamente, el áloe vera o Aloe Barbadensis Miller, su denominación científica, no es una planta endémica de Canarias, si bien se dan las condiciones óptimas para que crezca espontáneamente en Canarias. Se cree que el lugar de origen de la planta sea la península Arábiga, pero se ha naturalizado en regiones subtropicales y templadas de ambos hemisferios, lo que incluye el Norte de África, el Mediterráneo, zonas del Sur del Caribe, Perú, Norte de Chile, Suroeste de Estados Unidos, Norte de México y determinadas zonas de China.
La historia del áloe vera en Canarias es extensa. El aloe vera ya era conocida como planta con grandes propiedades medicinales por los habitantes prehispánicos de las islas, ahora conocidos como Guanches, que utilizaban muchas hierbas con virtudes curativas. Con la conquista y posterior colonización del archipiélago, esos conocimientos fueron transmitidos generación tras generación gracias a los yerberos y a quienes, como los pastores, conocían el territorio a la perfección y la vegetación que en ella crece.
El aloe es citado por fray José de Sosa (Topografía de la Isla Afortunada de Gran Canaria) quien, asombrado, escribió sobre la terrible plaga de langosta que arrasó Gran Canaria en el año 1559 y cómo hasta esta planta fue devorada por la insaciable cigarra: “destruyó los sembrados y demás cosechas de toda la Isla (…), de tal suerte que no quedó cosa verde en esta isla Gran Canaria pues hasta las hojas de las palmas que son fuertísimas y las hojas de sábila, que no hay animal por inmundo que sea que las coma, ellas las destruían”. (El aloe es también conocido por sábila lo cual tiene origen árabe)
Viajeros en las Islas
Numerosos viajeros se han fijado y destacado en sus escritos la presencia del aloe en los campos de las islas. El marino escocés George Glas (Descripción de las Islas Canarias 1764) elogió el “clima de Canaria” como “extraordinariamente sano, y los nativos gozan de salud y longevidad mayores que en cualquier otro país del mundo”, añadiendo a continuación una detallada relación de las especies vegetales por él vistas que “crecen espontáneamente y sin cultivo” como los “áloes en matas”. El conde de Poudenx , quien organizó un viaje científico a las islas Canarias a principios del siglo XIX, describe el espléndido paisaje que encontró en la zona del Monte Lentiscal (Gran Canaria) y, junto a “unos viñedos entrecortados por casas de recreo y palmeras que se alzan majestuosas”, señala hacia un horizonte limitado por el mar y por “montes volcánicos cubiertos de cactus y de aloes” (Viajeros franceses a las Islas Canarias).
El aloe vera canario fue llevado a América por Cristóbal Colón, ya que se surtió de una abundante cantidad de la planta para las necesidades de los tripulantes de sus barcos, en la aventura que le llevaría a descubrir un nuevo continente cuando partió en busca de las Indias. En las nuevas tierras se extendió rápidamente y por todo el continente se utiliza hoy una expresión idiomática sinónimo de “remedio milagroso” que procede de este hecho histórico: pomada canaria.
Cultivo en Canarias
La variedad Aloe Barbadensis Miller o áloe vera es una planta que crece en numerosos lugares del mundo. Sin embargo, hay tres factores que provocan que el áloe vera de Canarias contenga el triple de cantidad de principios activos que el áloe vera de otras procedencias. Dichos factores son el clima benigno y estable a lo largo del año, la humedad del aire por la proximidad del mar y, muy especialmente, el suelo volcánico, que no sólo nutre a las plantas con su riqueza mineral sino que, además, debido a su porosidad, favorece que el agua sobrante se drene rápidamente, lo que favorece el crecimiento sano de la planta. El aloe vera se cultiva en Canarias desde hace años, cuando algunos emprendedores dieron los primeros pasos para la producción de la planta en la agricultura con el objetivo de extraer su jugo y aprovechar sus cualidades. Tras ellos, le han seguido los pasos otros y en la actualidad hay agricultores y empresas que transforman, en las islas de Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote, sus hojas en gel y jugos con diversos usos.
Lea más acerca de la historia del aloe en Canarias en español aquí.
¿Cómo hay que cuidar del Áloe Vera?
Es un cultivo relativamente sencillo. Sólo hay que quitar las malas hierbas y regar un par de veces al mes. El áloe vera necesita muy poca agua lo que hace que sea un cultivo muy adecuado para las islas Canarias, especialmente en las zonas de baja pluviosidad a sotavento. Por último, hay que deshijar, es decir, quitar las plantitas de áloe vera que van surgiendo al lado de las plantas madres, para reservar toda la riqueza mineral a las plantas madres. De esta forma, cuando las pequeñas plantas hijas alcanzan de 20 a 30 centímetros se trasplantan a otra terreno.
¿En qué clima crece?
El áloe vera requiere un clima subtropical seco, es decir, temperaturas no inferiores a diez grados centígrados y pluviosidad relativamente baja. El Aloe se usa cada vez más en medicinas y cosméticas. ¿Cuáles son los efectos del Aloe?
¿Están probados científicamente?
Numerosos estudios de Universidades y hospitales europeos, norteamericanos e israelíes avalan los beneficios del áloe vera para la salud. Tienes una lista si buscas en Google “estudios
científicos áloe vera”. Sin ir más lejos, el Hospital Negrín, el más grande de Gran Canaria realiza estudios sobre áloe vera. Los aventajes del jugo puro del aloe vera
Como hay tantos etiquetas y logos ecológicos, a veces es difícil verificar qué es un producto ecológico, social y sostenible. ¿En que hay que fijarse?
El Gobierno de Canarias, a petición de las empresas agrícolas y tras la comprobación de los requisitos establecidos legalmente, otorga el Certificado CRAE (Consejo Regulador de la Agricultura Ecológica). Nosotros contamos con el Certificado CRAE. Además, nuestros procesos son respetuosos con el medio ambiente y nuestros productos están dermatológicamente testados y no están testados en animales. Existen laboratorios que emiten estas certificaciones de carácter oficial.
¿Algo más que le gustaría comentarnos?
Es relativamente fácil distinguir un verdadero producto fresco de áloe vera. Simplemente hay que mirar los ingredientes en la etiqueta del producto. Si el primero de ellos es agua, sabremos que procede de áloe vera desecado y pulverizado, que se rehidrata con agua y se estabiliza con productos químicos. Si, al contrario, el primer ingrediente es áloe vera, podremos estar seguros de que es auténtico áloe vera, obtenido por prensado en frío y sólo con procedimientos mecánicos, el mismo proceso por el que se extrae el aceite de oliva virgen extra de las aceitunas.